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A buen seguro muchos de los que lean estas lÃneas creerán que son meras supercherÃas, que a estas alturas del siglo XIX, la ciencia y la razón deberÃan haber alejado de toda mente mÃnimamente cultivada todos los monstruos que aterraban a nuestros abuelos. Debo repetir que si bien me he tomado cierta libertad para quitar toda aridez al lenguaje judicial, las fuentes de esta noticia son los propios investigadores, fue el juez Louis G. y sus ayudantes quienes dieron por buenas las declaraciones de más de una docena de testigos y con pruebas más que suficientes decidieron como y contra quien tomar justicia.
Los lectores que pasearan a plena luz del dÃa por el frondoso bosque que rodea la susodicha villa encontrarÃan un paraje maravilloso con árboles de muchas especies, altos y fuertes, y donde hacen sus nidos pájaros que con sus trinos los acompañarÃan dulcemente por su paseo. Las doncellas podrÃan escoger, en primavera y verano, entre cientos de flores para tejer guirnaldas con las que decorar su cabello.
¿Pero podrÃan estos, se atreverÃan a abandonar el sendero que la costumbre del uso ha delimitado? ¿Alguno serÃa capaz, si no fuera por imperiosa necesidad, cruzar ese bosque a la única luz de las estrellas y la luna por más bucólico que le pareciera con la luz del sol?
Los terribles hechos sucedieron de noche.
Edmond D. y su familia vivÃan en una pequeña granja en los lindes del bosque. Era una casa pobre aunque no por ello carente de dignidad. TenÃan algunos animales y un huerto de tamaño respetable donde se cultivaban hortalizas que llegaban a varios mercados de la zona.
Edmond habÃa visto con preocupación como algunos de sus animales habÃan desaparecido, y al ser un hecho repetido en todas las granjas de la zona se habÃan organizado varias batidas en busca de los predadores con pobre resultado. Asà que habÃa colocado diversas trampas alrededor de los corrales donde criaba a sus gallinas y cerdos.
Aquella noche despertó a Edmond el ruido de una de las trampas. Decenas de piezas de metal se golpeaban hiriendo de muerte el silencio de la noche. Se incorporó de un salto antes de que su buena esposa pudiese siquiera abrir los ojos y tomando una azada salió a todo correr hacia el lugar de donde provenÃa el escándalo, sólo para ver, a la claridad de la luna llena, una figura bestial y de enorme tamaño escabullirse hacia el bosque de donde habÃa salido. Aterrado por tamaña aparición fue incapaz de perseguirlo. No deben ustedes juzgarlo duramente y pensar que era un cobarde pues pasó el resto de la noche en vigilia guardando a sus animales y si la criatura hubiera vuelto a aparecer, la hubiera enfrentado sin duda, cosa que tal vez hubiera aliviado el duelo posterior o, más seguro, lo hubiese aumentado.
Al abrir la puerta Dominique, la esposa, cayó de rodillas y en su desesperación comenzó a arrancarse los cabellos de su rubia melena. Un lobo, a dos patas, y más alto que el hombre más alto tenÃa entre sus mandÃbulas el ensangrentado cadáver del pequeño que habÃa sido fruto de su vientre. Lo giraba en el aire, triunfante, como a un guiñapo.
Edmond tan alterado como su esposa, pero hombre al fin y al cabo y sabiendo que ya habrÃa tiempo para las lamentaciones, lánzose sobre la criatura con la azada en alto y una maldición en los labios.
El lobo lo recibió con un zarpazo que mandó al hombre a chocar contra una pared con tal fuerza que casi lo dejó inconsciente.
La bestia aulló desafiante dejando caer de sus mandÃbulas al inocente cuya vida habÃa tomado. Edmond levantó de nuevo la azada y se acercó a la criatura esquivando por pura suerte sus embates. Milagrosamente logró acercarse tanto que pudo asestar un golpe. Trataba de golpear la cabeza pero la bestia se defendió del golpe con rapidez e interpuso una pata que cayó como mies segada al suelo.
Antes de poder asestar otro golpe el lobo se revolvió y huyó por la ventana que le habÃa servido de entrada, dejando tras de sà un reguero de sangre.
A pesar de sus heridas Edmond encabezaba la partida. Siguieron la mancha carmesà hasta que esta desapareció súbitamente. Buscaron inútilmente una guarida en las cercanÃas.
Descorazonados volvieron a la casa de Edmond cuando estaba a punto de amanecer.
Y es a esa hora cuando los terrores de la noche deben de desaparecer cuando comienza lo realmente extraordinario de este relato, pues lo que parecÃa un horripilante ataque de un animal salvaje se tornó en algo muy diferente.
Estaba el párroco consolando a la mujer y orando por la salvación del alma del joven hijo cuando dio un chillido que hizo que los hombres que acompañaban a Edmond se reunieran en la habitación donde habÃa ocurrido la tragedia.
Ante sus ojos la pata del animal se transformó en el brazo de un hombre. Y no fueron pocos los que huyeron ante tal brujerÃa.
A media mañana apareció en la plaza del pueblo Jean C., un infeliz considerado el tonto del lugar. Hasta ese dÃa habÃa sido objeto de burla o de lastima. Hasta ese dÃa en el que apareció con un muñón, que cortaba su brazo por encima del codo, plenamente cicatrizado pese al que el dÃa anterior disponÃa de ambos brazos, y asegurando no recordar como se habÃa herido.
Sólo resta decir que Jean C. fue enjuiciado y, declarado culpable, siendo condenado a pagar su crimen con la muerte. Todo ocurrió con velocidad inusitada, temiendo, sin duda, que el ciclo lunar avanzase lo suficiente como para que llegase nuevamente la luna llena.
Me he sorprendido Niktgrump, y me he quedado asi como "atontado" por esa gran variedad de adjetivos que pusiste es este entretenidÃsimo relato. Y es que al principio me he quedado medio dudoso entre saber si lo has escrito tu o un escritor profesional que ya debe de llevar como 5 ó 6 libros escritos. Y aún sigo con mi duda, respondame, ¿lo ha escrito usted?
Es bueno verte por aquà otra vez Opel. Fuiste el primero en comentar La Casa De Huespedes y el primero en este... veo que tienes buen gusto literario
SÃ, lo he escrito yo, o lo hubiera avisado... y te pasas un poco al decir lo del escritor con 5 ó 6 libros... llevo algún tiempo escribiendo ya pero me falta muchisimo todavÃa, te lo aseguro.
Antes de nada, discúlpame por demorarme en mi respuesta Nikt, pero ya sabes que he estado estos dÃas con las noticias y las actualizaciones y no habÃa podido leerlo. Eso sÃ, una vez leÃdo, es un relato fabuloso, marca de la casa, marca "Nikt". Te estás haciendo un hueco como escritor consagrado prisionero.
Niktgrump siento decirte que tu relato me recuerda a la pelicula de M. Night Shyamalan: El Bosque, ya que en la pelicula es el tonto del pueblo el que realiza los ataques a los aldeanos. No digo que sea un "plagio" sino mas bien una extraccion de idea.
Registrado: Jan 24, 2006 Mensajes: 331 Ubicación: Sarnath
Publicado: Mar Ago 29, 2006 1:27 am Asunto:
He llegado tarde jaja, pero lo he leido ya que es lo que importa.
sisi, veo que repites amable, pero no es para hacer tanto lio (si vieras lo torpe que soy para escribir xD) a mi me gusto mucho mucho nikt, como todos los tuyos.vas por la buena via jaja.
Más vale tarde que nunca Cthulhu XD (para no repetir lo de gracias a ti y blablabla XD) Y estoy deseando ver lo "torpe" que eres, a ver cuando nos pasas algo....
Registrado: Feb 08, 2006 Mensajes: 308 Ubicación: Celda 321
Publicado: Dom Sep 03, 2006 11:40 pm Asunto:
Bueno, veo que solo falto yo.....
La verdad es que me ha parecido muy interesante, sobre toda tanta informacion en tan poco sitio (yo me enrollo como las persianas) y ademas haciendo que sea interesante e intrigante.
Felicidades, creo que esto de escribir se te da muy bien
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