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La Mazmorra Abandon - La mejor selección de abandonware de terror y misterio de la red :: Ver tema - Para siempre
Publicado: Lun Mar 19, 2007 11:29 pm Asunto: Para siempre
Un nuevo día se descubre ante mí. El sol de la mañana me ciega y me despierta. Cuesta desperezarse, ayer me acosté muy tarde leyendo. Me levanto de la cama y voy hacia la ventana. Hace un buen día, me gusta respirar el aire de la montaña, realmente ha sido buena idea venir de vacaciones aquí. Se respira tranquilidad, hay silencio, y no hay nadie en un kilómetro a la redonda. La sensación de aislamiento es buena para unas vacaciones, o por lo menos a mí me gusta. De pequeño siempre quise ir a la sierra, pero a mis padres les gustaba más la playa. Había tenido suerte con el tiempo, porque para ser el ocaso del invierno estaba muy soleado...
Esta cabañita era muy acogedora a la vez que pequeña. Me recordaba a mi apartamento, aunque ésta estaba todavía muy ordenada, todo es cuestión de tiempo creo yo... De todas formas me costará restarle hermosura a este pequeño rinconcito. Era hora de bajar al pueblo, tenía que comprar pan y leche, me apetecía mucho desayunar. El pueblo era también pequeño, más que pueblo se le podía llamar aldea. Estaba formado por cuatro o cinco calles, una de ellas muy larga, allí era donde estaban la mayoría de las tiendas y la iglesia.
Para cuando llegué a casa, ya era casi la hora de comer. Estuve paseando por la montaña, me gustaba andar por el valle y mirar al cielo viendo las cúspides bañadas por las últimas nieves del invierno. Mientras paseaba por la habitación central de la cabaña, escuché cómo sonaban tres golpes suaves en la puerta y me acerqué a abrir -raras eran las visitas en aquel paraje- Delante de mí apareció la figura de una niñita con un vestido negro, rubia de pelo liso y con ojos claros que me miraba fijamente:
- Hola, me han dicho que sabes tocar el violín. Te he traído algo para que toques, lo he hecho yo -Dijo con una amplia y cálida sonrisa.
Me tendió la mano y me dio una pequeña libretita escrita a mano. Ciertamente no sabía por qué pero no pude dejar de observarla, mientras se cruzaron nuestras miradas no pude ni darme cuenta de lo extraño de todo esto. Se dio la vuelta y se fue sonriendo.
Al cabo de un rato, ya cuando empezaba a oscurecer, me apeteció tocar un rato. Después de interpretar alguna que otra canción de cosecha propia y la preciosa canción de Bach: Badinerie... sentí curiosidad por lo que esa niña me había dado. Tendría unos once años, no sé hasta qué punto esa niña podría haber compuesto algo interesante. Me intrigaba profundamente de dónde habría salido, quizá viviera en alguna casa rústica de las que había visto a lo lejos mientras paseaba por la mañana. Cogí la libretilla de tapas negras tamaño cuartilla con pentagramas y la puse sobre el atril.
Empecé a tocar
La pieza era triste, preciosa, no muy larga. Después de tocarla por partes me dispuse a interpretar el tema completamente. Mientras disfrutaba con cada nota, me sentí muy extraño, miraba las cuerdas del violín pulsadas por mis dedos que se movían fluidamente, seguidos por los movimientos del arco.
Estaba maravillado por la pieza. De mis ojos empezaron a brotar lágrimas como una tímida lluvia de primavera, las cuales se fueron oscureciendo hasta tornarse negras, a mí no me importaba la rareza de la situación simplemente seguí tocando y tocando las mismas notas a modo de bucle. No podía parar de tocar la pieza. Mis lágrimas siguieron cambiando, se percibía ligeramente el matiz del cambio. Las sentía suaves y pesadas deslizándose por mi faz, cada vez más fría... ahora tomaban un color granate, luego más rojizo. Caían y manchaban mi camiseta blanca, también se precipitaban al suelo gota a gota. La tristeza de la música me envolvía y seguí tocando, como un aura de luz me envolvía, no podía verla pero podía sentirla. Mis ojos no la vislumbraban pero mi mente sí, como humo que se escapaba por la ventana abierta, impulsado por una fina brisa helada de invierno procedente del exterior. Las fuerzas me empezaban a flaquear, me sentía tan cansado, mi respiración era cada vez más lenta y más larga. Cada susurro de aire despedido por mi nariz propulsaba la salida de una casi transparente neblina iluminada, que hacía crecer el aura antes citada. Solté el violín falto de fuerzas, ni siquiera oí el sonido del golpe del instrumento que se precipitaba a cámara lenta contra el suelo. Me rocé la cara con las manos, pero no sentía nada. Mis dedos estaban manchados de sangre. Mis ojos se iluminaron, y entonces vi delante de mí a la niña:
- Soy la muerte que viene a buscarte...-dijo apuntándome con su dedo índice y de nuevo sonriendo con la irónica inocencia de una niña que ha vivido desde el principio de los tiempos.
Me levanté de la silla a duras penas y me hinqué de rodillas en el suelo de madera, tampoco oí el rechinar de las tablas que lo conformaban. Lo único que podía escuchar era esa oscura y triste melodía que envolvía el resonar en mi cabeza de las palabras de la niña, esa niña, la más antigua del mundo. Ese ser inexorable que siempre a todos busca y que siempre y sin excepción, antes o después a todos encuentra. Se hizo de noche de repente, entró una fuerte bocanada de aire que abrió violentamente las ventanas, dejando que la luz de la luna llena traspasara, brillante, seductora y misteriosa la ventana iluminando la habitación.
Grandiosa y sinfónica me parecía ahora recorriendo hasta el último resquicio de mi ser la melodía llamada "Para siempre", en ese mismo momento entendí el por qué. Miré al suelo totalmente exhausto y exánime, las gotas de sangre que habían ido cayendo al suelo desde mis ojos, formaron caprichosamente lo que parecía ser una palabra. El sentido de la vista, el único que todavía estaba consciente, empezó súbitamente a sumirse en la oscuridad, mi efímera vida se estaba escapando, pero aun así alcanzó antes de desvanecerse completamente a leer la última palabra que leería en vida y que estaba escrita por una líquida parte de mí mismo. En las oscuras maderas de este gran ataúd de madera que había alquilado como vacaciones eternas para mismo, se leía brillante y casi incandescente por la luz de la luna, mi última lectura de una sola palabra: FIN.
Vaya 7, estaba seguro de que te había posteado ya mi enhorabuena por este magnifico relato y resulta que no... Pues eso que es realmente bueno, especialmente cuando se describe cuando se interpreta esa melodía triste y hermosa y terrible. Y tiene un regusto "clásico", de ese que tanto me gusta.
Entiendo que estes con ganas de leer, ya que es lo único que se puede hacer en este infierno para no volverse loco... pero me temo que no haré más relatos ya que no puedo ponerme en el ordenador tan a menudo como antes por algunos problemas de salud...
Por el momento habrá que "conformarse" con los capítulos de Corrie. En serio, leeremos lo que nos faltaba de los fantásticos capítulos de Drácula... yo voy a mitad del XVI ya que nunca había leido un libro de Drácula. Gracias por compartir esa apasionante historia con nosotros, Corrie.
Original, suavidad, tranquilidad, serenidad, y como no, un increíble y original toque sobrenatural... me ha gustado mucho 7!, espero que te mejores y puedes volver a escribirnos más relatos
Saludos literarios!,
Darius,
P.D.: Me pondré a leer tus otros relatos, y te comentaré 7!.
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