¿Pensabais que ya lo habÃais visto todo respecto a la saga "Monkey Island"? Estáis muy equivocados, ya que tras sacar figuras, chapas y muñecos varios faltaba la pieza de "merchandising" más importante de todas. ¡El juego de mesa! Asà es, si ya existÃan versiones del "Monopoly" de Los Simpsons, Star Wars, El Señor de los Anillos o Marvel Comics, ¿por qué no iba a haber una de la archifamosa Isla de los Monos?
Eso mismo pensó Miguel Roselló, creador del juego de tablero, que ha sabido representar fielmente la esencia de la aventura gráfica que desde hace dos décadas ha cautivado a millones de personas a lo largo del mundo. AsÃ, todas las caracterÃsticas propias de la saga aparecen de una u otra manera durante el desarrollo de la partida, desde las diferentes localizaciones hasta los personajes estrella (los hombres de baja catadura moral, el famoso carcelero o el troll del puente, entre otros) pasando por unas simpáticas tarjetas de pago o cobro (denominadas Voodoo o Monkeys) que nos harán rememorar algunas de las más conocidas situaciones de la versión para compatibles.
(Ver a tamaño natural usando la lupa)
No obstante, si algo destaca por encima de todo, esos son los distintos rincones y localizaciones de la saga. Con un exquisito detalle se representan los más importantes y caracterÃsticos que a buen seguro ocupan un lugar especial entre nuestros recuerdos. De esta forma, podremos adentrarnos en la villa canÃbal, inspeccionar el siniestro laboratorio del marqués De Singe, acceder al cementerio de la Isla Scabb, disfrutar de los lujos del distinguido Hotel Sopabuena, merodear por los alrededores de la Mansión de la Gobernadora, visitar la casa de Wally, hallar el mÃtico tesoro del Gig Whoop, penetrar en la terrorÃfica fortaleza de LeChuck o, como no podÃa ser de otra manera, ¡beber grog en el célebre Bar Scumm!
Pero esto no acaba aquÃ. ¿Qué serÃa de un "Monopoly" sin dinero? Evidentemente, aquà tampoco falta. Y, como podréis comprobar, los billetes son de lo más curiosos. Los mismos que seguramente Largo Lagrande consiguió del indefenso Guybrush Threepwood cuando le despojó de sus pertenencias con sus artes habituales.
Agradecemos a Miguel Roselló este pequeño tributo que ha querido rendir a uno de los videojuegos que son historia viva del mundo del "software" lúdico. Y ahora, ¿quién se anima a jugar un Monk-O-Poly?
Guardian_Misterioso
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