Muchos recuerdan "PC Fútbol" como uno de los éxitos más rotundos que se han dado a lo largo de la historia del software lúdico español. Prueba de ello son las nueve entregas que de manera ininterrumpida se comercializaron entre los años 1992 y 2001, alcanzando algunas de ellas registros de ventas nunca antes vistos en nuestro país. Unos números que catapultaron a Dinamic Multimedia a lo más alto de la industria del videojuego nacional hasta el punto de firmar acuerdos con compañías extranjeras como Gremlin con el fin de que el juego fuese adaptado a sus respectivas ligas.

(Imágenes cortesía de Oblog)

Así, lo que en un principio recibió el nombre de "Simulador Profesional de Fútbol" aumentaría de manera exponencial su notoriedad llegando a su punto álgido con la quinta, sexta y séptima entrega. 300.000 fueron las unidades vendidas de "PC Fútbol 5.0", guarismo que se vería incluso superado por "PC Fútbol 6.0" y "PC Fútbol 7" que lograron vender respectivamente 350.000 copias del juego. No cabe duda, por tanto, de que buena parte del reconocimiento e ingresos de la extinta Dinamic Multimedia provenían de dicha saga.

(Imágenes cortesía de Oblog)

Este tirón comercial lo aprovecharían los hermanos Ruiz para expandir su producto más allá de la liga española, dando cabida a otros importantes campeonatos como el Calcio, los torneos Apertura y Clausura argentinos, la Premier League o la liga francesa. Y, por si esto no fuera suficiente, para incidir aun más en el sentimiento patrio Dinamic lanzó una serie de entregas con la selección española como protagonista. De esta forma, las Eurocopas de los años 1996 y 2000 y el Mundial de 1998 contaron con sus propios títulos, aunque estos no gozaron de un gran éxito al encontrarse el apartado relativo a la gestión bastante limitado.

Dinamic Multimedia había sabido hacer de la ingente base de datos de "PC Fútbol" (a cargo de la cual estaba el periodista deportivo Gaby Ruiz) y un sistema de gestión deportiva hasta entonces desconocido en España sus principales señas de identidad. Sin embargo, la industria evolucionaba y eso, a su vez, obligaba a reinventarse para continuar estando en el candelero.

De este modo, a la inconfundible imagen del exfutbolista Michael Robinson se unirían unos desternillantes anuncios promocionales con motivo de "PC Fútbol 2000" en el año 1999. Javier Fesser, guionista y director de cine conocido por películas como "Mortadelo y Filemón" o "El Milagro de P. Tinto", fue el encargado de llevar a cabo esta disparatada idea con la productora Pendelton.

Aquellos reclamos publicitarios constituían una especie de pequeños "sketches" que presentaban escenas de lo más inverosímiles en una singular y atípica rueda de prensa. No en vano, por allí se dejaban caer personajes de toda clase que, sin embargo, guardaban algo en común: una planta y unos conocimientos futbolísticos bastante cuestionables. Desde una indignada ama de casa a un carterista, pasando por un enano o una entrañable anciana, todos ellos eran capaces de sacarnos una carcajada ante tal absurdo.

Pero con la entrada del nuevo siglo llegaría el declive de la saga "PC Fútbol" propiciado por la inevitable quiebra de Dinamic Multimedia. Como consecuencia de ello, se produjo un parón de algo más de tres años hasta que Gaelco se responsabilizó junto a Planeta DeAgostini de los lanzamientos correspondientes a los años 2005, 2006 y 2007. Eso sí, las entregas a cargo de Gaelco no lograrían subsanar los fallos que había arrastrado el juego desde sus inicios, suponiendo una decepción para sus seguidores.

A continuación, Gaelco correría suerte similar a la de Dinamic con la consiguiente cancelación del desarrollo que estaba previsto para 2008, además de las futuras entregas. Esto suponía, por desgracia, la puntilla a una de las más célebres sagas de videojuegos que han existido en nuestro país a lo largo de las últimas décadas.

No obstante, en nuestro recuerdo perdurarán aquellos años dorados en los que cualquiera podía sentirse en la piel de un entrenador asumiendo las responsabilidades propias del cargo desde su habitación. Y sus anuncios, por supuesto.