Los que fueran los principales artífices del éxito de la prestigiosa saga de aventuras de nombre "Monkey Island" anunciaban durante el día de ayer su sorprendente decisión de retirarse de manera definitiva de la industria del "software" lúdico a través de un comunicado que no ha dejado indiferente a nadie. Ellos, junto a Steve Purcell, constituyeron el poker de cabezas visibles que se encargaron del desarrollo de las dos primeras entregas del pirata más intrépido y patoso jamás conocido. Desde entonces, en mayor o menor medida su actividad había seguido vinculada al mundo de los videojuegos, por lo que nadie podía prever un desenlace de este tipo.
Ron Gilbert, ideólogo y autor intelectual de la saga, es quizás uno de los rostros más conocidos del estudio LucasArts gracias a algunos de los títulos más representativos de la compañía como "Maniac Mansion", "Zak McKracken and the Alien Mindbenders" o "Indiana Jones and the Last Crusade", entre otros. Tras casi once años de ausencia, retornó con energías renovadas en 2008 para, un año más tarde, realizar una labor de asesoramiento en la quinta y última entrega de la saga "Monkey Island". Su último trabajo lo había realizado como director creativo de "DeathSpank", un título mezcla de rol y aventura que vio la luz en 2010.
Tim Schafer es otro de los principales diseñadores con que ha contado la industria a lo largo de las dos últimas décadas y uno de los más prolíficos. Comenzó allá por 1987 con el clásico "Maniac Mansion" para, tres años después, trabajar codo con codo con Ron Gilbert en el diseño y la programación de "The Secret of Monkey Island" (mismas funciones que realizaría en 1991 con "Monkey Island 2: LeChuck's Revenge"). "Day of the Tentacle", "Full Throttle" o "Grim Fandango" son otros de los grandes proyectos que lideró y por los que es conocido. El presente 2011 había resultado muy fructífero para él con la publicación de nada más y nada menos que tres títulos: "Stacking", "Trenched" y "Sesame Street: Once Upon a Monster".
Dave Grossman, por su parte, es el único de los tres que hasta ahora había desarrollado su labor como programador y diseñador de manera ininterrumpida. Durante los primeros años de la década de los 90 fue una pieza clave en el lanzamiento de los dos primeros títulos de la saga "Monkey Island", así como en el de "Day of the Tentacle", uno de los emblemas de LucasArts. Sin embargo, Grossman dejaría dicho estudio en 1994 para embarcarse en una apuesta arriesgada como "freelance". Fruto de ello vieron la luz numerosos juegos destinados a un público infantil, y hubo que esperar hasta el año 2006 para que retomase sus raíces. Ya en Telltale Games, junto con otros veteranos de la mítica LucasArts, se encargó de las dos primeras temporadas de episodios de la renovada serie "Sam & Max". Tres años más tarde asumiría la dirección creativa del aclamado "Tales of Monkey Island" para finalizar su periplo con el reciente "Back to the Future".
Sin embargo, los derroteros que ha seguido la industria del "software" lúdico durante las últimas fechas han sido el detonante de una "decisión dura pero meditada", en palabras del propio Ron Gilbert. "No quiero ser parte de algo que con el paso del tiempo se ha ido corrompiendo hasta llegar a lo que es hoy en día", afirmaba de una manera rotunda hace escasamente 24 horas ante el estupor de los incondicionales de las aventuras gráficas. A él se unían Tim Schafer y Dave Grossman aludiendo al peso que actualmente tiene el dinero en la toma de decisiones y, sobre todo, al papel que ostentan editoras y distribuidoras en los lanzamientos de los juegos.
Una postura entendible pero que puede conllevar unas consecuencias claramente negativas para los aficionados al género. Al fin y al cabo, se trata de tres de los profesionales que más han hecho por el mundo de los videojuegos y su ausencia, al menos de momento, se antoja irreemplazable. Veremos cómo afecta esto de cara a un futuro a un sector que está necesitado de otro tipo de noticias.
Guardian_Misterioso
