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Flesh City (Thorsten Fleisch) (Alemania, 2019)
 
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guardian
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Registrado: Oct 28, 2005
Mensajes: 9839

MensajePublicado: Jue Feb 25, 2021 8:35 am Asunto: Flesh City (Thorsten Fleisch) (Alemania, 2019) Responder citando

FLESH CITY (Thorsten Fleisch) (Terror, cine experimental) (Alemania, 2019)

Ópera prima del alemán Thorsten Fleisch, director de 49 años que ha trabajado para cineastas como Gaspar Noé y se ha especializado a lo largo de su carrera en la realización de cortos experimentales durante más de dos décadas con los que ha obtenido varios reconocimientos. Sin embargo, su debut cinematográfico llegaría en 2019 gracias a "Flesh City", un filme rodado en Berlín durante nada más y nada menos que cuatro años y con un presupuesto de apenas 2.000 dólares.



Esta apuesta personal le ha permitido mostrar al público sus verdaderas capacidades, encargándose de todos y cada uno de sus apartados con asombrosa maestría. De esta forma, además de ocuparse del libreto y la producción, se ha dedicado por completo a los efectos especiales, la dirección artística, el sonido, la edición, la fotografía y la letra de algunas de las canciones que pueden escucharse en los videoclips. En definitiva, un factótum que ha hecho de su peculiar manera de ver el mundo del celuloide una película de ciencia ficción capaz de serpentear con habilidad e ingenio a través del género de terror y la estética ciberpunk.

No obstante, "Flesh City" no se limita a una puesta en escena clásica donde la mutación y el caos campan a sus anchas, sino que se da cabida a otra serie de elementos que consiguen encontrar su hueco y empastar a la perfección. Así ocurre con los videojuegos, las animaciones, la combinación de cine digital y analógico e, incluso, una visión nihilista de la sociedad a partir de la vida nocturna, la música electrónica y el "thrash metal".



Precisamente en uno de esos clubes es donde Vyren (Christian Serritiello) conoce a Loquette (Eva Ferox), descubriendo en su compañía los más sombríos y recónditos rincones como un laboratorio oculto donde un misterioso organismo de rápido crecimiento está infectando a la población y dominando los cerebros de sus habitantes. Todo ello merced a la perturbada mente del profesor Yagov (Arthur Patching), un científico desequilibrado que se aprovecha de sus víctimas una vez que caen en sus garras, completamente desorientadas y bajo los efectos de las drogas.

El mismo realizador define "Flesh City" de una manera incapaz de dejar indiferente a nadie, asegurando que se trata de "un lugar hostil y oscuro, habitado por una amplia gama de extraños personajes que siguen sus planes para mantener a raya el terror de la existencia". O, dicho con otras palabras, "una especie de sueño febril, salvaje y distorsionado de una ciudad despiadada que explota en carne propia".



En cualquier caso, el espectador se encontrará ante un filme que, lejos de seguir las pautas del cine de género en su versión más convencional, se desvía de esa línea para manejar la mente del público hasta el punto de que la propia persona se dé cuenta de que es la víctima del perverso y enigmático científico. No en vano, no podrá evitar preguntarse en qué medida ha conseguido alterar su cerebro y con qué propósito. Y, peor aun, le resultará difícil deshacerse de la sensación de haber sido manipulado de principio a fin.


FICHA:

Título original: Flesh City
Año: 2019
Duración: 84 minutos
País: Alemania
Dirección: Thorsten Fleisch
Guion: Thorsten Fleisch
Fotografía: Thorsten Fleisch, Dennis Helm
Reparto: Christian Serritiello, Eva-Maria Dierkes, Maria Hengge, Helena Prince, Arthur Patching, Thorsten Fleisch, Marilena Netzker, Shaun Lawton, Denis Lyons, Anthony Straeger, Louise Hamelmann, Veronica Jonsson
Productora: Fleischfilm, Tropical Grey Pictures
Género: Terror, cine experimental


Guardian_Misterioso
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Jachi
Recién detenido
Recién detenido



Registrado: Oct 28, 2015
Mensajes: 7

MensajePublicado: Jue Feb 25, 2021 10:14 pm Asunto Responder citando

LO QUE SE RETUERCE Y SISEA EN LAS TINIEBLAS

Cuando mis colegas me aconsejan pelis, suelo atender a sus recomendaciones un 99% de las veces (al revés, el porcentaje es menor, ja ja). En este caso Guardián me pasó el enlace de esta atípica cinta de terror psicodélico, de atmósfera agobiante y estilo “underground” –sea lo que sea lo que signifique eso–, y puedo decir que he salido contento.

Por lo pronto, evidentemente no es una película para todo el mundo, y a menos que estés un poquitín curtido en “rarezas”, de esas que se marcan los llamados artistas alternativos, puede que el largometraje te raye la cabeza. Es oscura, con un montaje muy marcado, mezclando música y sonido industriales con imágenes perturbadoras… pero no siempre buscando lo desagradable, que es algo en lo que caen fácilmente los aspirantes a “infant terrible” del panorama de la videocreación libre-no comercial. O no tan comercial.

Al señor Thorsten Fleisch (hasta su nombre es raro, macho) se le notan las tablas en lo que a “filmar paranoias” se refiere. Primero porque a)- La imagen está cuidada, y la dirección artística es buena. No por contenido friki la técnica ha de serlo también; b)- Al final, aunque la historia está contada… digamos que a su manera, en realidad sí que está contando algo. Narrativa peculiar, imágenes extrañas, montaje rápido, videoclips entremezclados, y todo lo que tú quieras. Pero no es como dijo Moe en Los Simpsons ‘cosas raras porque sí’.

Por otra parte, y esto es ya más percepción personal, la propuesta del germano me ha resultado atractiva porque siempre me he mostrado interesado por eso que yo llamo los ‘Monstruos urbanos’. ¿De qué hablo? Resumiendo y para que me entendáis, hay todo un imaginario amplísimo, rico y por supuesto aterrador de horrores surgidos en las entrañas de la gran ciudad, y que el cine ha explotado con profusión y genialidad. En fin, que no sólo va de endemoniados, de vampiros en viejos castillos, hombres-lobo en bosques tenebrosos, o fantasmas en caserones abandonados. Hay otros monstruos que han nacido en los bajos fondos, los vertederos y los rincones sucios y ocultos de la urbe.

Estoy hablando del payaso de It, de la cinta de vídeo maldita de The Ring, del vengador surgido del espejo Candyman. De la criatura nacida de los desechos en Segundo sangriento, de la máquina asesina de Terminator, del engendro descontrolado de Akira. Son películas donde un ser grotesco y sin alma sale a la superficie solamente para cazar a infelices incautos, que no creen que detrás de las paredes, bajo las cloacas o enterrados en basura pueda haber nada que les haga daño. Porque piensan que los lobos están en el monte, y los tiburones en el océano. Pero hay otros nuevos depredadores, que habitan en la oscuridad, están hechos de asfalto y óxido, y nos aterrorizan. Y grandes directores han querido dibujar su cambiante silueta en sus inquietantes films, como David Lynch, Terry Gilliam o Clive Barker.

¿Os acordáis del extraordinario vídeo de Aphex Twin Come to daddy, dirigido por el singular Chris Cunningham? Flesh City se enmarca en un lugar parecido, y los que estáis familiarizados con todas estas obras que estoy mencionando, sabéis cómo (y más o menos dónde) está ese lugar. Está en las afueras, en barrios deprimidos y descuidados, en sitios donde se acumulan los desperdicios, y el ambiente es deprimente y húmedo. Diría que esta película alemana es secuela, o spin-off, de la belga Ocurrió cerca de su casa, pues esas barriadas dejadas de la mano de Dios son casi idénticas, aunque es cierto que los suburbios de todas las grandes ciudades se parecen. El bichejo que emerge y ataca en el largometraje de Fleisch (no entro en spoilers, descuidad) está hecho de la misma pasta asquerosa que esas criaturas pseudo-infernales que os he dicho, o que otras muchas como la “cosa” grimosa de La posesión, o como el demonio cybernético de Hardware. Todos estos seres están hechos de, y se alimentan de escombros, de putrefacción, de ratas, de vicio, de abandono, de miedo, de venganza, de repugnancia, de muerte. Aunque adopte formas muy diversas.

Y para que veamos que este es un terreno con posibilidades, muchos monstruos tradicionales han sido reinventados para adaptar sus guaridas a la atmósfera de la ciudad, como los chupasangres de Jóvenes ocultos y de Los viajeros de la noche, o los diablos de Hellraiser y El Señor de la ilusiones. La vanguardia bebe de los clásicos, y eso está bien, y estoy convencido de que el amigo Thorsten posee una buena cultura cinéfila.

En Flesh City también se nos ofrece la posibilidad de observar el mundo a través del enloquecido ojo del bicho, y como os podéis figurar, es como ver el mundo con un filtro de sangre coagulada, polvo rancio y demencia pura –si la música electrónica muy machacona os estresa, puede que tengáis dificultades para acabar la peli–. Esto ya se hizo en peliculones que os recomiendo como la austríaca La angustia del miedo, la holandesa Desaparecida o Henry: retrato de un asesino. O Edmond, una peculiar cinta donde el “bueno” de la peli poco a poco va convirtiéndose en el malo conforme las calles nocturnas le van absorviendo más y más. En La carnaza (y ya paro de hacerme el entendido en cine), la forma de la criatura es la de una niña inocente y adorable… ¡pero es que bajo la engañosa luz de la Luna, nunca se sabe lo que se abalanzará sobre ti!

Cabe destacar a autores más conocidos a nivel internacional (también porque exploraron este campo mucho antes) como Shinya Tsukamoto y su trilogía de Tetsuo, aquel tipo que es engullido por los cables, los hierrajos y la tecnología analógica. Aunque no siempre hay que buscar estos terrores en entes sobrenaturales e inexplicables. Porque si algo hemos aprendido de los thriller protagonizados por ‘psycho-killers’ (y de las noticias del mediodía), es que el monstruo más terrorífico es el ser humano. Y el ‘giallo’ italiano (o el hollywoodiense, que también hay, como Corazón de medianoche o las inefables pelis policíacas de Charles Bronson) es en parte fuente de inspiración para estos cineastas que han llevado un paso más allá ese pavor hacia los perseguidores de las sombras (el antiguo hombre de saco, vaya, el Coco de toda la vida), esos que hacen que volver andando a casa muy tarde si vives en un mal barrio… no siempre sea buena idea.
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Registrado: Nov 03, 2008
Mensajes: 240

MensajePublicado: Vie Feb 26, 2021 7:10 am Asunto Responder citando

No soy muy fanático del terror; lo que he visto en este género se cuenta con los dedos de una mano. Pero si el Guardián Misterioso en persona -un señor que sabe una que otra cosa sobre el buen terror, ¡y ya le vale!- recomienda una, hay que verla sí o sí. Y no he salido decepcionado en lo más mínimo. Sobrará quien quiera poner a esta exhuberante película a caldo por ser independiente y experimental, lo cual, en lo que a ellos respecta, automáticamente encasilla a su realizador y a sus espectadores como "gafapastas" y por lo tanto personas indeseables y repelentes. Esa gente haría bien en seguir su propio consejo de no saltarle a la yugular a la gente por gustarle cosas distintas que a ellos. Pero me voy de tema.
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Flesh City se sitúa en una ciudad habitada por gente de dudosa fibra moral; no, no son piratas de Mêlée Island, pero sí son drogadictos, punks, "swingers", prostitutas, y hasta conductoras de programas de televisión de culto a Satanás. Un misterioso ser con la apariencia de un show de luces estroboscópicas está haciendo experimentos con seres humanos para crear un organismo viral viviente, capaz de infectar incluso a la materia no-orgánica y transformarla en orgánica; edificios enteros se transforman en tumores pulsantes de venas muy marcadas... una ciudad de carne. Cuando incluso el conductor de "Nihilismo mágico", un programa de televisión que es como una versión retorcida de los Cuarenta Principales, desaparece en medio de la transmisión, sabemos que la cosa se nos ha ido de las manos. Todo mundo es infectado y transformado; se hace el caos en las calles; la anarquía y la destrucción total se hacen con el control de la ciudad.

Ahora bien; todo esto ocurre recién a la hora de película -siendo que ésta tiene una duración de una hora y veinte aproximadamente-. El resto del tiempo, además de que vemos al misterioso perpetrador capturar a un par de personas -lo más cercano que tiene esta película a protagonistas- para llevar a cabo su plan, se ocupa en mostrarnos la vida cotidiana del mundo en que transcurre la película. Además de "Vote a Zatán" (el programa sobre satanismo, cuyas conductoras son una pareja de mujeres -quizás románticamente- que se regalan animales muertos como gesto de cariño), Nihilismo mágico pasa videos musicales de temas como "Dead Baby" o "Nuklear Fanboy", así como que asistimos a la vida de clubes nocturnos como en el que se conocen los protagonistas -él tiene un encontronazo con un fiestero bastante molesto por un videojuego ("Teslapunk", que existe realmente)- o un concierto de la cantante sensación "Envidia de mi Vagina", que tiene planeado encuadernar su autobiografía con un tajo enorme cortado de su propia piel y, en sus propias palabras, "crear una nueva entropía neuronal en su cerebro". Todo esto se nos muestra mediante un acertado recurso -ahora sí voy a meterme en camisa de once varas y ejercer análisis literario; deséenme suerte-; todas las tomas en exteriores de la ciudad se filman en blanco y negro, y la ciudad misma se ve totalmente vacía, en contraste con las tomas en interiores, filmadas a color y con mucha estética de neón -acompañando a la excelente banda sonora electrónica-; transmitiéndonos así que la ciudad es tan fantasmal y poco interesante que casi toda su actividad ocurre en los bajos fondos; señal de la decadencia de sus habitantes, que solo encuentran el significado de la vida en su falta de aprecio por ella.
Quizás sea esta -nunca nos lo dicen, pero el arte hay que interpretarlo- la razón por la que el antagonista se dedica a hacer lo que hace. Es muy posible que piense estar llamado a ser el que restablecerá la vida normal en la ciudad, sin importar por encima de quién tenga que pasar para conseguirlo. Su presencia, o la de sus robots sonda -con tentáculos mecánicos-, suele ser anunciada por la aparición de escarabajos ciervo, como heraldos de la presencia de un virus tan reproductivo y destructivo como los insectos; el antagonista colecciona asimismo películas sobre la metamorfosis de orugas en mariposas, que sugieren el propósito de los bulbos en que se transforma la ciudad; estallar en forma de la nueva vida. Al final, la ciencia nos salvará a todos.

Para este momento ustedes se preguntarán: "¿Y el terror? ¿No era que esta película era de terror?". Ciertamente maneja elementos de terror, y es aquí donde entra en juego lo que son la fotografía, el sonido y la edición. Numerosos cortes repentinos, iluminación con muy alto contraste, efectos estroboscópicos -la película incluye una advertencia al principio para personas con fotosensibilidad- y un chirrido como si cargara un cassette de ZX Spectrum se combinan cada vez que se produce una situación de tensión -como la presencia de los escarabajos, el ataque del organismo, el ataque de los robots- y conforman un espléndido recurso para causar incertidumbre en el espectador. Este experimento en la forma de causar terror es, hasta ahora, un éxito, y espero de verdad que el director lo lleve hasta sus últimas consecuencias en futuros proyectos. Pero los momentos de terror se me hicieron muy breves y poco frecuentes; que no es precisamente lo que me esperaba de una película anunciada como de terror.

No les voy a revelar lo que hacen los dos protagonistas al final cuando se reencuentran, porque es genial.

En conclusión: Una película, no de terror pero sí de experimentar cómo hacer terror -y tener éxito-, y con una destreza audiovisual y un sentido del sugerimiento soberbios. ¡Recomendada!
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