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Naftalina
 
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Autor Mensaje
niktgrump
Supremo Inquisidor
Supremo Inquisidor



Registrado: Jun 05, 2006
Mensajes: 868

MensajePublicado: Dom Nov 26, 2006 12:03 am Asunto: Naftalina Responder citando

[guiño a Alfred Hitchcock presenta]
Porrum po po popo po (se supone que es la música)
Aparece la silueta de Niktgrump.
Despues de la careta vemos que Nikt esta metiendo cosas en un armario y finalmente usa su cuerpo para poder cerrar el ropero. El tipo se pone a hablar con voz afable:

En la historia de esta noche, mis queridos amigos, descubriremos que incluso en las casas más limpias, todos los armarios tienen su esqueleto

Fundido a negro
[/guiño a Alfred Hitchcock presenta]

Naftalina

1.

Aquella casa era una ganga. Tanto que bromearon diciendo que seguro que estaría encantada.

Una casa en el campo, grande y antigua. Lo suficientemente cerca del pueblo para comprar el pan cada día o tener un medico si era necesario, pero sin que les molestaran los vecinos, sin problemas de aparcamiento, donde el hijo que venía en camino podría jugar al sol con un perro enorme. Se sonrió al pensar que probablemente su hijo no se lo agradecería y que probablemente preferirá vivir en una gran ciudad para poder ir al cine sin problemas, comprar los discos de la última estrella… Treinta y cuatro años y aun se acordaba de lo que era ser joven.

Pero ahora despertaba del sueño que había sido encontrar la casa. Tenían que adecentarla y aunque se suponía que la mudanza acabaría a finales de semana sólo era habitable su habitación y la cocina. Y habitable no significaba no hubiesen cajas a medio vaciar con cosas que no sabía donde iban a colocar, sólo que si decidías ir de un lado a otro en línea recta aunque no pudieras hacerlo no tenías que desviarte mucho.

Su mujer se había quedado en su antiguo piso de ciudad. Aún le quedaban unos días para despedirse de su antiguo trabajo y arreglar ciertas cosas. Además una mujer en su octavo mes de embarazo debería descansar.

Acababa de sentarse y trataba de obligarse a tomar una ducha. Sabía que la necesitaba y que le haría bien. Pero sus músculos se negaban a moverse. Y aun hacia frío para el agua que no pasaba por el calentador. Su día había consistido en montar unas estanterías y muebles, vaciar cajas y llenar con lo que sacaba de ellas los muebles. Y había tenido tiempo de arrancar el papel pintado de la mitad de las paredes de lo que sería su estudio. Miró el reloj. El día ya comenzaba a alargarse pero a las siete el sol casi había desaparecido por completo.

Con un gemido que le recordó a su padre se puso en pie, se preparó un sándwich y puso a calentar una olla de agua para tratar de ducharse.

2.

Se sentó en su cama con el pelo humedecido y una toalla como toda ropa. Abrió su portátil y comprobó que en su cuenta de correo no tenía más que un anuncio de algo con un nombre parecido a viagra y un pps que le había enviado un compañero de trabajo. Y además una de esas estúpidas cadenas de deseos, nada divertido ni de tías buenas desnudas.

Luchó por no echarse en la cama. Sabía que se dormiría y que su mujer tenía que llamarle. Echo un vistazo a la habitación. Era casi tan grande como su antiguo piso. Volvió a parecerle demasiado moderna para el escenario en que estaba. Una cama baja, unas mesitas de noche en color wengue con lamparitas de mesa finas y metálicas. Sobre el cabecero de la cama una reproducción de la famosa foto del beso en París. Ya sé había acostumbrado a ella y no sentía el asco del principio. En eso consistía el amor, se dijo cuando su mujer se obcecó en colgarla, en saber ceder en determinados momentos. Una pequeña librería hasta los topes de libros, algunos focos que daban luminosidad al cuarto que había sido pintado en verde manzana, otro capricho de ella. Un cómodo sillón que sabía que acabaría, en un futuro no muy lejano, cubierto de ropa sucia o de ropa esperando a ser planchada. Y una enorme masa de no sabía que madera con tiradores dorados y que era un armario, el único mueble que habían mantenido de los antiguos dueños de la casa.

El armario era muy antiguo, pero bien conservado y no parecía demasiado fuera de lugar en la moderna habitación. En el fondo se alegró de no tener que mover el armatoste ya que era sólido y muy pesado. Su interior, tres cuerpos, estaban ahora llenos de naftalina y otros ambientadores ya que despedía un tufo inaguantable a humedad y vejez. Se miró en el espejo de cuerpo entero que tenía una de las puertas. Sin afeitar, sentado echado hacia delante, los ojos cansados y casi cerrándose parecía que acababa de pasar cuarenta días en el desierto antes que tres arreglando una casa.

Se rió de su debilidad urbanita y se fue a sentar al sillón con el portátil sobre sus rodillas dispuesto a navegar un poco por Internet. Antes de que se abriera la primera página ya se había quedado dormido.

3.

Un golpe lo despertó. Dio un salto en el sillón. Estaba completamente desorientado. El ruido había venido del desván tardó unos segundo en deducir. Y empezó a pensar que irse a vivir lejos de la civilización no había sido tan buena idea.

Decidió subir a echar un vistazo, a pesar que se sentía ridículo ya que aun llevaba únicamente la toalla. Y estaba muy asustado. Se reía de si mismo pero no podía evitar el temblor de piernas.

Encendió la luz de las escaleras deseando que sólo fuese una rata. Una rata de campo aunque no sabía cual era la diferencia exacta entre una de campo y una de cloaca.

Subió lentamente y en silencio. Si hubiese escuchado otro ruido probablemente hubiese echado a correr hacia abajo. Pero ahí estaba, arriba. La luz de las escaleras hacía que el desván tuviera un aspecto siniestro, lleno de sombras que podían ser cualquier cosa amenazante. Tanteó la pared buscando el interruptor de la luz.

Todo parecía normal montones de trastos viejos apiñados, cajas cerradas, sacos de cemento y botes de pintura. En un rincón había colocados varios cuadros y uno se había caído. Eso había sido todo. Soltó una carcajada que expulsó todo su nerviosismo. Tal vez sí que había sido una rata al final quien había tirado el cuadro, pero no le importó.

Al colocar de nuevo el cuadro se fijó en que en él aparecía el armario de su habitación. Era una pintura del dormitorio principal tal y como debía ser hacia cuarenta, quizá cincuenta años. Decidió bajarla con él.

Cenado y en pijama volvió a subir a su dormitorio. Su mujer aun no había llamado y pensó en llamarla él pero estaba demasiado cansado como para hacer otra cosa que no fuese quedarse repantigado en el sillón.

Sus ojos se fueron al cuadro.

4.

En el centro del cuadro estaban las persianas abiertas con unas pesadas cortinas verdes descorridas a un día que parecía brillante. Sin embargo, a medida que las paredes se alejaban de la ventana, la habitación se sumía en una pesada penumbra que desdibujaba los objetos hasta convertir el armario, que estaba en un primer plano en el lado derecho, en prácticamente una masa de negro. Justo en el lado contrario estaba una enorme cama vestida de blanco.

Miró a su alrededor buscando puntos de referencia para situarse en el cuadro. Descubrió que la distribución era la misma si bien ahora había desaparecido una enorme cómoda que estaba colocada junto a la ventana. En realidad el pintor casi podría haber estado colocado donde él estaba sentado.

Cabeceaba luchando por mantenerse despierto. No eran aun las nueve y media y se dijo que se levantaría para prepararse algo de cenar. Sus ojos se abrieron como los de un niño que recibe una sorpresa al ver unja figura en el cuadro. Una figura que no había visto antes. Se incorporó en el sillón ahogando un grito.

La figura, un hombre se movía, desaparecía y reaparecía, ahora se acostaba, ahora abría el armario o miraba por la ventana. La luz que entraba por las ventanas de la pintura cambiaba velozmente de intensidad como si pasasen los días en el cuadro.

Ahora aparecía una mujer también. Entendió que eran pareja por los cariños que se prodigaban.

De pronto el tiempo pareció hacerse más lento. La pareja discutía. No podía oírlos pero lo supo por los aspavientos de él, por la forma en que ella retrocedía, como un perro apaleado. Las peleas se hacían cada vez más frecuentes y el hombre no dudaba en pegar a la mujer. Incluso desarrollo una tortura especial. La encerraba con llave en el armario al que luego golpeaba con todas sus fuerzas. El mueble rara vez llegaba a tambalearse.

Estaba hipnotizado viendo como se desarrollaba la historia. No era consciente ni de su cansancio, ni de lo extraño que estaba sucediendo.

La mujer cada vez parecía más débil. Delgada y casi desdibujada. Más que andar parecía arrastrarse y bajaba la cabeza siempre que el hombre estaba con ella para evitar problemas, pero los encierros se sucedían hasta que llegó uno en el que el hombre no la dejo salir, supuso con estupor el espectador. Podía ver por la luz de las ventanas que los días pasaban, pero la mujer no aparecía. Al principio el hombre golpeaba la puerta del armario pero dejo de hacerlo. Tampoco lo abría, como le había visto hacerlo, para coger ropa.

El tiempo pasaba y el hombre se iba haciendo viejo hasta que una noche volvió a abrir el armario. Sacó unos huesos blancos envueltos en unos harapos que eran el último vestido que había llevado puesto la mujer. Esa noche vació el armario. Algo de luz y de humo hicieron pensar que el hombre quemó en una hoguera en el huerto su crimen.

Y una nueva mujer llegó a la escena con el día. Vestía de novia. Vestido que colgó en el armario. Llegó nuevamente la noche. Una noche de bodas que acabo con los recién casados durmiendo agotados.

Casi pudo imaginar el chirrido de la puerta del armario al abrirse sin despertar pero a los durmientes. Vio una masa negra y monstruosa salir y acercarse a la cama. Era una mancha de un negro absoluto, sin forma definida, pero que transpiraba odio y deseo de venganza. El hombre se despertó al notar a la figura sobre él. Su cara reflejó un terror absoluto y desapareció como si los colores que pintaban su figura fueran aspirados en el negro.

5.

La melodía de moda saliendo de su móvil lo despertó.

-¿Diga? –Su voz era pastosa tal y como sentía su cerebro.

-¿Te he despertado? Lo siento, pero ya sabes como es mi madre. Me ha obligado a cenar y quería que me quedase a dormir en casa…

-¿Qué te ha dicho el ginecólogo? –La interrumpió.

-Que todo va estupendamente.

Su cerebro se desconectó de la conversación. Sus ojos se clavaron en cuadro. Estaba tal y como lo había encontrado en el desván. Se rascó la cabeza. Aquello no le tranquilizaba en absoluto.

En la cocina calentó un plato precocinado que comió sin mucha gana. Como a otros sueños lo que había visto fue perdiendo consistencia hasta desaparecer.

Desembaló una caja pero se dijo que lo mejor era acostarse.

Subió al segundo piso cansinamente, apagando todas las luces a su paso. No se oía un ruido.

Casi sin recordar porque echó una mirada desconfiada al armario negro e imponente. Arrastró el sillón hasta la puerta del ropero. La llave se había perdido hacia mucho. Trató de disculparse a si mismo diciendo que era normal tener algún miedo en una casa nueva y además tan grande. Una vez se hubo prometido que a la mañana siguiente desmontaría el mueble y lo haría desaparecer se acostó. Consideró que tal como había ido el día continuar con American Psycho no era muy recomendable así que apagó la luz al momento.

Su cuerpo se quejaba del esfuerzo de los dos últimos días mandando mensajes de dolor de todos y cada uno de sus músculos. Así que aunque deseaba con toda su alma dormirse no podía. No encontraba una postura cómoda y lo que hacía era revolverse en la cama.

Ya había perdido la cuenta del tiempo que llevaba en la cama cuando oyó un arrastrar, un chirrido de bisagra vieja y un crujido de madera. Se acurrucó en la cama. Sabía lo que iba a pasar.

Fin.
_____________________________________________________________

[guiño a Alfred Hitchcock presenta]

Que miedo, ¿verdad? Recuerden, mantengan sus celdas limpias y ordenadas. Permitame que les deje, debo seguir con la limpieza. ¿Donde se habrá metido la criada?

Nikt se aleja de la camara y se oyen unos golpes y gritos que vienen de armario.

Porrum po po popo po
[/guiño a ALfred Hitchcock presenta]
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Registrado: Feb 08, 2006
Mensajes: 308
Ubicación: Celda 321
MensajePublicado: Mie Ene 17, 2007 1:24 am Asunto Responder citando

Esto... creo que deberia de hacer limpieza Confused

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