Reza el refrán que cuando el hambre aprieta, la vergüenza afloja. Y si no, que se lo digan a los prisioneros que aquí moran contra su voluntad. Días y días sin llevarse un mísero mendrugo de pan a la boca son capaces de sacar los instintos más bajos y primarios de cualquier humano que se precie, y los reos que deambulan por estas mugrientas e inmundas instalaciones no iban a ser menos. Tanto es así, que una lacónica y fugaz ojeada a los misterios que esta mazmorra esconde daría para ampliar con creces la relación de pecados capitales. Pero, si hay uno de ellos que sobresale por encima del resto, ésa es la ira sin que quepa duda alguna. Incapaces de controlarla, los encolerizados presos muestran su furia más desenfrenada ante sus semejantes, como si de un tifón en su máximo apogeo se tratase. Basta un pequeño corrusco para que lo que antes era unión y cohesión se torne en unos pocos segundos en discordia y hostilidad. Mientras tanto, el Guardián, conocedor de ello, maneja a sus desdichados reos como títeres de guiñol aplacando constantemente sus subversivas intenciones.
Una de esas técnicas ha consistido, desde que este terrorífico rincón viera la luz, en compartir con todos y cada uno de los prisioneros las actualizaciones de juegos que se sucedían de manera más o menos habitual. Por ello, y para no romper con una tradición ya de siete años, os traigo nuevamente una selección que, a falta de pan, hará las delicias de los aquí presentes.
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