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La Mazmorra Abandon - La mejor selección de abandonware de terror y misterio de la red :: Ver tema - Aniversario de su muerte
Registrado: Jan 28, 2006 Mensajes: 131 Ubicación: Un lugar olvidado por Dios
Publicado: Mie Jun 28, 2006 1:54 am Asunto: Aniversario de su muerte
Nada me preparó para esa mañana fatídica. Ni siquiera aquel intento de suicidio disfrazado de accidente unas semanas antes. Al leer sobre el incidente mi madre notó como mi semblante pasó de preocupación a serenidad al saber que mi amiga seguía viva. Por eso lo primero que hizo luego de sacarme del paraíso de mis dulces sueños y despertarme fue decirme que “la muchacha, esa que canta, se mató”. Cerró la puerta y nuevamente me dejó flotando en una modorra alucinante. Permanecí un rato en la cama, con la sensación de que me habían dado un puño en la boca del estómago, tratando de conciliar una extraña mezcla de incredulidad y resignación.
“¿Entonces ya no tocaremos mas canciones?”- Fue la manifestación de mi incredulidad. Me resistía a pensar que Diana no envejecería conmigo. Dándome en canciones la crónica definitiva de su muerte, porque era precisamente ese repertorio de canciones escritas hasta ese momento las que daban la crónica de una muerte anunciada. De ahí mi resignación.
El resto del día fue sintonizar los noticieros y revisar algunos diarios. El cuerpo sin vida de Diana Medina había sido encontrado en la madrugada del 27 de junio del 2005. La hermosa chica de cabello oscuro había ingerido una dosis letal de tranquilizantes y, para evitar que algún doctor sana-muertos le sacara del dulce abismo de la nada, se inflingió un disparo en la cara. Su rostro, que adquiría una belleza angelical cuando sonreía, quedó tan desfigurado que se le tuvo que identificar por huellas dactilares. A partir de ahí, un par de reportajes de un canal de televisión local, contestar algunas preguntas para la policía, lectura de su nota de suicidio y luego silencio. No más canciones de Diana.
Diana Medina fue calificada como la “voz revelación” en mi ciudad, una cruz muy pesada a cuestas de alguien que no proponía un discurso lúcido ante sus pequeño grupo de seguidores. Su discurso era el de la desesperanza y confusión llevadas al extremo del alcoholismo y drogadicción. Sus textos yuxtaponen ideas contrarias dentro de una misma canción, o incluso dentro de un mismo verso. Urgía con ambivalencias en un tema en el que expresaba la necesidad de conectar con alguien. Lo cierto es que, tal vez sin proponérselo, Diana dio voz a mis angustias y frustraciones que hasta conocerla solo había podido expresarlas con mi guitarra.
Vagos sin metas, apáticos a los procesos políticos y religiosos, jóvenes inseguros y quejosos que no parecían tener la capacidad de contribuir activamente a la sociedad. El legado de sexo, drogas y rock and roll en el que crecimos, nos hizo herederos de la pobreza y los hogares destruidos por el divorcio. Parecíamos abocados a los “macjobs”. Seríamos parte de esa generación en no poder aspirar a un futuro mejor. El panorama que enfrentábamos era ciertamente como para pegarse un tiro.
Fuera del panorama social, ambos encontramos la forma de identificarnos con la música. Sus líricas emanaban de una fuente de amarguras que incluían un entorno familiar disfuncional, la sensación de ser marginada por su sensibilidad artística, un extraño padecimiento cardíaco, una letal adicción a la heroína, una madre con problemas psicológicos y un padre que nunca conoció. Añádale a esto una buena dosis de ateísmo.
Aunque en el colegio la conocí, fue luego del bachillerato que me “tocó” emocionalmente. Unos cinco meses después de obtener mi bachillerato (aún era un joven con el alma de “uipi” estudiando en la universidad de los comemierda). La estructura de mi vida universitaria empezaba a derrumbarse. Todos los sueños y el “rockear para vivir” se desbandaban en mi ingreso al mundo laboral. Así me vería confinado a elaborar textos para un programa infantil entre las paredes de una oficina.
La soledad agudizada por el ostracismo al que me condenaba el sexo opuesto y el duro golpe del extraño mundo laboral, encontraron consuelo entre los gritos de una jovencita que articulaba con sus cuerdas vocales mi frustración de veinteañero. Ese grito que nacía del “extraño dolor en su pecho”, como escribiera en su nota suicida, y que nadie jamás logrará igualar en la totalidad de su expresión.
Aunque nunca lo consideré seriamente, la idea del suicidio me seducía constantemente con su romanticismo. Pero Diana despejó tales nociones de mi mente. Ella me proporcionó la experiencia más cercana, pues la identificación que sentía con ella a través de la música, me hizo sentir que la vida valía la pena.
Se me eriza la piel con solo pensar lo breve que fue su paso por la vida. Contemplando como se vería mi lápida y viendo el dolor causado a todos los que un día la amamos, me convenció de que el suicidio es una solución egoísta.
Escribo un 27 de junio del 2006, primer aniversario de su muerte y consigno que valió la pena sobrevivir, tantas experiencias buenas y malas que me hubiese perdido. Diana se perdió la evolución de su talento, la rehabilitación de su madre, el rencuentro con su padre, la fiesta de quince años de su hermana y mi primer concierto “decente”.
Y como proyectándose hacia la paz que creyó encontrar en la muerte escribió:
“Huyendo a la nada en una tempestad, confundiendo paz con soledad.
Y saber que para esta herida no hay cura, Solo la muerte o la locura”
¿Lo has hecho tu? No me extrañaría nada ya que los prisioneros estan tan aburridos en sus celdas que les salen de la mente grandes relatos, es bastante bueno,
PD; ¿Esta basado en hechos reales o es ciencia ficcion?
Registrado: Jan 24, 2006 Mensajes: 331 Ubicación: Sarnath
Publicado: Jue Jun 29, 2006 12:55 am Asunto:
muy emotivo dan. parece verdadera la historia, cuando la leia no pude evitar que se me apareciera la imagen de ian curtis (lider de joy division, no se si conoceras su historia).
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